Te lo juro por mis followers

Aristóteles definió al hombre como animal político-social por naturaleza al que, para realizarse, utiliza el lógos lenguaje racional. Ejerce influencia sobre los demás gracias a la comunicación llevada a cabo por el lenguaje.

La comunicación que utilizamos actualmente es un proceso circular en el que cada mensaje provoca una ´retroalimentación´ o feed-back que tiene como fin el control de la percepción del lenguaje. Si el mensaje llega debidamente, y de la forma deseada. Generalmente, se utilizan preguntas a los seguidores o peticiones de likes, retweets, citaciones; que cuando se consiguen, el emisor del mensaje habrá obtenido su objetivo.

El sofista Gorgias de Leontinos descubre que la verdadera y primaria vocación del lenguaje es persuadir y engañar arrastrando al placer las almas de los oyentes. Gorgias nos enseña, por un lado, a no confundir ningún tipo de mensaje con algo `verdadero´ idéntico a la realidad, y por el otro, no debemos resignarnos a caer en el discurso que más nos seduzca.

Nadie emprende una comunicación sin propósito, causa o motivo. Toda comunicación es intencional, lleva implícita la voluntad de influir en el receptor, de hacerle pensar u obrar de determinada manera (yo misma lo estoy haciendo ahora, tratando de mostrarte una visión de lo que nos rodea).

¿Te has parado a pensar qué hay detrás de muchos mensajes que nos llegan a través de las redes sociales? ¿Qué “esconden” los llamados influencers? Observo varias conductas:

– “Vamos a realizar X acción para conseguir X resultado”

– “Dadle `me gusta´a mi publicación para que pueda llegar a más gente y (en último fin) se `beneficie´todo el mundo”

– “Tú me sigues, yo te sigo”

– “Si queréis saber más de X tema, os dejo cuentas para que les sigáis” (grupo de amiguetes)

– “Las personas de referencia en este campo son…” (grupo de amiguetes)

– “No piensas como yo, eres un hater
Te suena, ¿verdad?

Y, ¿con qué suelen ‘adornar’ estas conductas? Con altruismo.
En comunicación NO hay altruismo (palabra inventada por el fundador de la Sociología, Auguste Compte), porque la naturaleza (nuestra evolución) nos mueve a comunicar en provecho propio, para subsistir y realizarnos como especie, como animales político-sociales.

Siempre hay un beneficio detrás de un acto comunicativo, por más bonitas palabras que se utilicen o se acompañen de una gran sonrisa.

Sin embargo, parece ser, que los influencers o los que quieren serlo, se autoconvencen (y tratan de hacerlo a los demás) que obran por el bien común.

Muchos ejemplos se me ocurren de aparentes `luchas´, que, a priori, son loables, pero que en fondo tienen otro mensaje e incluso, paradojas nacidas de la hipocresía (contra la Industria Alimentaria y bebidas, contra el intrusismo, `feminismo´, sostenibilidad, ética, etc).

Lo hago por los demás

El día que se comprende la falsedad de esta frase se siente tanta tristeza como alegría. Nos creemos generosos porque realizamos sacrificios por los padres, hijos, necesitados, amigos, los injustamente tratados, los enfermos, los pobres, los animales… ¿pero lo hacemos por ellos? ¿No será que obedecemos a la idea que tenemos o queremos tener de nosotros mismos a la imagen que apreciamos (Narciso) y enseñamos a los demás?

Íntimamente sabemos que no podemos dejar de hacerlo porque nos produciría gran malestar. Lo hacemos porque nos produce bienestar. Egoísmo sutil y disfrazado de altruismo, caridad, buen corazón, solidaridad…

Si no lo hiciéramos, sufriríamos, y como no queremos sufrir, lo hacemos. Como no somos mala gente, sino buena gente, lo hacemos. Hacemos lo que hace la buena gente. Es una inversión con doble sentido. Inversión en imagen, inversión en los términos. Parecemos altruistas, pero somos egoístas. Utilizamos al otro para autosatisfacer nuestro narcisismo.

Tenemos un precio. El Ego pone el precio, la autoexigencia pone el esfuerzo.

Una sed extremada de autoimagen exige esfuerzos agotadores, muchos de ellos avocados a la eterna hipocresía.

Otto Kernberg, explica que en los narcisistas “se encuentran diversas combinaciones de ambición desmedidas, fantasías de grandeza, sentimientos de inferioridad y excesiva dependencia de la admiración y aclamación externa”. Seguro que te vienen muchos ejemplos a la cabeza.

Los narcisistas funcionan con una imagen idealizada de sí mismos.

Dentro de las redes sociales, cada persona se transforma en su propio referente, promocionándose ante los demás de forma narcisista para alcanzar aprobación.

¿Por qué creéis que muchos tienen la necesidad de publicar sus logros, lo buena gente que son? Incluso, (esto ya me causa carcajadas) te señalan con el dedo acusador a grito de: “Yo hago esto por la gente, ¿tú que haces desde el sofá?”

Aquí hay un claro problema de `virtualismo´. Gente que cree/piensa que no existe realidad fuera de las redes. No admiten que haya activismo si no lo publicas en redes. Por suerte, la inmensa mayoría de las personas que contribuyen a cambios positivos en la sociedad, no lo tienen que ir publicando en sus diferentes cuentas, ya que no persiguen su retroalimentación de ego.

Pero estos ‘enfermos’ van al unísono de Publico, luego existo.

¿Qué me dices de la ética? Tan utilizada para sustentar pensamientos egoístas. En el caso del intrusismo se observa algo curioso.

Algunos Dietistas-Nutricionistas acusan, por un lado, prácticas intrusistas, pero, por otro lado, se dedican a hacer recetas, venden recetas/formación de recetas (los cocineros, estudian para formarse y sacarse una titulación reglada).

Nitanhealthynitanfit, hizo un vídeo al respecto (aquí). También otro caso, cocineros que se creen DN. En estos casos, el número de followers condiciona muy mucho la respuesta ética.

En redes, la profesión que más se `ve´, es la de lapidador. Sin duda. Con el fin último de alimentar el propio ego.

Volviendo a los ejemplos que cité más arriba, la sostenibilidad es algo que se promueve dentro y fuera de redes. Esto está muy bien si no fuera, que muchos predican extremismos imposibles de cumplir, que ellos mismos no cumplen (hipocresía).

Un caso. Hay sectores que critican el consumo del coco y sus derivados por no ser sostenible.

En cambio, publican fotos bebiendo café a diario o comiendo chocolate 85% mínimo. Todo muy coherente y de Cuenca.

¿Y qué me dices del alcohol? No cuestiono sus efectos sobre la salud (eso en otro momento), sino el trato afilado que realizan muchos DN sobre el tema y luego, ¡suben fotos con copazos! ¿En qué quedamos? Ya sé, en yo lincho, pero tengo carta blanca. Todo muy coherente (y responsable).

El feminismo (con minúsculas) no se queda atrás. Oculta narcisismo, manipulación, victimizando personas inútiles, cobardes, que no encuentran reconocimiento y se lo fabrican de la nada, ¿cómo?

Atacando, imponiendo, insultando, menospreciando.

Que, si no hay mujeres científicas, culpa del patriarcado. Y que haya mayoría maestras, ¿de quién es la culpa?

Que, si no hay mujeres en puestos directivos, culpa del patriarcado.

Que X congreso lo forman mayoría hombres, culpa del patriarcado.

Pero me quejo de ‘ese’ congreso, no el otro de mis coleguis en el que sólo hay una mujer. Ni tampoco ofrezco nada de valor, sólo ruido. Muy coherente y muy narcisista. Se creen que son válidas para cualquier cosa, cuando no es así.

Nadie lo es.

Quieren pasar por científico algo puramente emocional.

Háztelo ver, guapi.

La próxima vez que entres en tus redes sociales, presta atención. Observa a la gente que mete mucho ruido (suele ser una señal`premonitoria’), qué contenidos divulga, qué mensaje quiere transmitir, y si te tienta… sigue observando, desconfía de conversaciones fuera de tono o de perfiles de héroes.

 

Bibliografía


Aristóteles,
Política 1253 a2

Claude
Elwood Shannon, Una teoría matemática de la comunicación, 1948

Gorgias,
Sobre Naturaleza, o sea, sobre el no-ser

Gorgias,
Encomio de Helena

Otto
Kernberg, Borderline conditions and pathological narcissism, New York,1975.

4 comments

  • Vicente dice:

    El día que se comprende la falsedad de esta frase se siente tanta tristeza como alegría. Nos creemos generosos porque realizamos sacrificios por los padres, hijos, necesitados, amigos, los injustamente tratados, los enfermos, los pobres, los animales… ¿pero lo hacemos por ellos? ¿No será que obedecemos a la idea que tenemos o queremos tener de nosotros mismos a la imagen que apreciamos (Narciso) y enseñamos a los demás?

    Los jóvenes que ceden su asiento en el metro a las personas mayores son los peores. Prácticamente son delincuentes.

  • Vicente dice:

    ¿Dos semanas en moderación o es que mi comentario no ha pasado el corte?

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